¿Qué es baja visión?


La baja visión es la condición visual que padece una persona con una reducción importante de su visión, que no mejora utilizando una adecuada corrección con gafas, lentes de contacto e incluso acertados tratamientos farmacológicos o cirugía, y que por ello sufre dificultad o incapacidad para realizar algunas tareas de la vida cotidiana.

Son muchas las causas que originan baja visión, en su mayoría enfermedades oculares (Degeneración Macular, Glaucoma, Retinopatía Diabética, Retinosis Pigmentaria, Miopía Magna, ..), pero también accidentes, lesiones neurológicas, malformaciones congénitas, enfermedades infecciosas, etc. 

Por ello, no existe una sola forma de ver con baja visión, sino que son muchos los síntomas que de forma unitaria o mixta la producen (visión borrosa, visión parcheada, deslumbramiento, ceguera nocturna, visión en túnel, pérdida de contraste, alteración en la visión de los colores,..).

Se considera que un paciente tiene baja visión cuando tras la mejor corrección óptica, su agudeza visual es menor de 0,3 en el mejor de los ojos, o un campo visual inferior a 20 grados.

En el mundo hay más de 180 millones de personas discapacitadas visuales, de las cuales 135 millones padecen baja visión y, los 35 restantes, ceguera.

En Europa más de 20 millones de personas tienen baja visión, y en España 1,8 millones. La distribución de la baja visión no es uniforme, afecta en mayor medida a los países menos desarrollados; aún así en los países desarrollados constituye un problema social debido al avance de la oftalmología y de la cirugía que evitan cegueras, al incremento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población.

¿Cómo saber si tengo baja visión?

La pérdida de visión produce efectos tales como la dificultad en las tareas diarias, la pérdida de independencia, la dificultad para encontrar trabajo o mantener el actual y dificultades comunicativas.

Todo esto puede desencadenar problemas físicos (accidentes, movilidad reducida...), problemas emocionales (depresión, ansiedad, baja autoestima, soledad) y problemas sociales (dificultades económicas y relaciones sociales afectadas).

Tratamiento de la baja visión

Para usar la visión remanente más eficazmente y promover su independencia, trabajamos a través de la rehabilitación visual con el fin de minimizar los efectos de la discapacidad visual.

Objetos más grandes

  • Incrementando la imagen retiniana (libros con letra más grandes, teléfonos con teclas más grandes).

  • Disminuyendo la distancia (sentarse cerca de la TV, acercarse el papel, utilizar lentes positivas que permiten enfocar en la retina un objeto más cercano).

  • Magnificación inversa.

  • Magnificación telescópica + angular (telescopios para cerca y lejos).

  • Lupas electrónicas para magnificar imágenes.

  • Macrotipos: sistemas de impresión con caracteres ampliados.

Objetos con mayor contraste

  • Incrementando el contraste.

  • Utilizando colores.


Objetos con mayor luminosidad

  • Utilizando iluminación general.

  • Utilizando iluminación focal.

  • Utilizar la luz del día.

  • Filtros que controlan en deslumbramiento o realzan el contraste.

Objetivos a corto-medio plazo

  • Nuestro objetivo será detectar la visión útil que conserva el paciente, valorar cuáles son sus necesidades visuales, prescribir las ayudas ópticas y no ópticas que sirvan para sacar el máximo partido al resto visual del paciente y enseñar a los pacientes a saber cómo usar esta ayuda.


Pertenecemos a la Asociación Española de Baja Visión, si necesitas más información puedes pedirnos cita o consultar la página de la SEEBV.